Las enfermedades, discusiones familiares y problemas económicos pueden hacer que nuestro hogar se llene de energías negativas, las cuales interfieren en nuestros aspectos emocionales, espirituales, físicos o mentales. ¿Resultado? Sensación de ansiedad, angustia, depresión e incluso falta de concentración.
Leer artículo completo