Burnout de padres y madres: ¿agotados por la crianza?

La anterior investigación busca proveer información sobre cómo las madres comparan su maternidad con lo que ven en redes sociales, y cómo esto puede tener un efecto dañino y negativo. Además, puede ser un detonante para el llamado burnout parental, es decir, el agotamiento físico y mental que tienen los padres. Este síndrome afecta a padres y madres que se encuentran expuestos a altos grados de estrés en relación con la crianza de sus hijos.

Distancia emocional con los hijos

En comparación con el burnout laboral —considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un fenómeno ocupacional que se manifiesta con agotamiento, sentimientos negativos y eficacia reducida—, el burnout parental se caracteriza por el distanciamiento emocional con los hijos, pérdida de placer por la crianza, sensación de contraste de lo que eran antes de ser padres y agotamiento excesivo con temas de la crianza desde lo físico, cognitivo y emocional.

El concepto de burnout aplicado en el ámbito parental fue investigado para esclarecer cómo el burnout laboral también era afectado por la esfera parental. Lo anterior implica que los cuidadores sean emocionalmente distantes con sus hijos e hijas. La relación se limita a aspectos funcionales e instrumentales que no involucran las emociones. Como consecuencia, el sentimiento de no poder manejar los problemas con eficacia implica no disfrutar el proceso de rol parental.

Algunas cosas que pueden influir en los padres que presentan esta situación son los tipos de personalidad, las habilidades en el manejo del estrés, la idealización de la parentalidad, los estándares y prácticas de crianza, entre otros.

El lado negativo de la “parentalidad positiva”

Estudios realizados por Isabelle Roskam y Moïra Mikolajczak, especialistas en el desgaste parental y trastornos del comportamiento infantil, aseguran que la presión y autoexigencia por ejercer una parentalidad positiva puede ser un presagio del burnout parental. “No basta solo con educar a los niños, enviarlos a la escuela y asegurarse de que estén sanos. Tienes que asegurarte de que tus hijos puedan desarrollar su máximo potencial en cada ámbito, que se sientan emocionalmente seguros, competentes, valorados y orgullosos de sí mismos. Esto tiene un costo para los padres”, señala Mikolajczak.

Asimismo, advierten que el burnout parental es más común en madres, dado que socialmente las labores domésticas, deberes escolares, labores de disciplina, cuidado y recreación aumentan el estrés.

De acuerdo con Nicolas Obreque, psicólogo de Grupo Cetep, existen desafíos que representan a la crianza y el ejercicio paterno/materno. “Existe, por un lado, la misión de pasar tiempo juntos de calidad, disfrutar de los hijos, versus el rol de instaurar normas, educar, formar y moldear a un menor. Ser accesible para un hijo y a la vez ser una figura de autoridad es un equilibrio que cuesta encontrar. Por otro lado está el balancear los roles que se tienen aparte del ser padres, dejando de lado otros papeles igual de importantes, como la vida en pareja, que es la que suele ser más sacrificada”, asegura.

Cada uno de los padres o cuidadores ejercen un rol diferente: existen aquellos que ponen las reglas, los que juegan o son permisivos, etc. Pero no logran ser una figura equilibrada en todos los aspectos. Por otro lado, con mayor acceso a la tecnología los menores tienen más información disponible, lo que permite puntos de comparación y modelos con los cuales contrastar. Esto da como respuesta cuestionamientos y exigencias al método de crianza que emplean sus padres.

Idealización de la crianza

Satisfacer a la sociedad respecto al tipo de crianza que ofrecen tanto madres, padres y cuidadores significa exponerse al escrutinio social respecto al comportamiento que deberían tener sus hijos, lo que genera una carga emocional y psicológica sobre cómo debería ser una crianza perfecta y cómo hacerlo bien desde el primer momento del desarrollo infantil.

De acuerdo con el psicólogo Obreque, existen dos motivos principales por los cuales los padres buscan ser perfectos. “Uno tiene que ver con hacer las cosas de modo diferente a como le tocó vivir su infancia. Y el otro es el mito sobre cómo ser mamá y papá. Hay una idealización del rol”, afirma.

En la primera instancia, la mayoría de las personas que se encuentran en el proceso de crianza vienen de una generación en donde mayoritariamente se dio una crianza autoritaria, y buscan diferenciarse de aquello; algo así como una necesidad de compensar lo que no se tuvo. De esta forma, los padres incurren en errores muy permisivos, sin colocar límites claros o sobreexigirse mucho dentro de su rol.

La segunda instancia se refiere a la idealización social que se tiene sobre la crianza perfecta y cómo esto es representado en redes sociales. “Las redes sociales solo ejercen la presión de querer hacer todo tan lindo, fácil y bonito… como se ve en internet. Hacen que las personas olviden que la maternidad/paternidad es agotadora, frustrante y no siempre linda. Cansarse es mucho más común de lo que se cree, y eso es algo normal”, señala el psicólogo.

¿Cómo abordar estas problemáticas?

El apego es una medida que se genera como padre, madre o cuidador, y nace del esfuerzo que estos hacen para satisfacer las necesidades físicas, emocionales y espirituales de sus hijos, como base desde el afecto. Por lo tanto, el vínculo que se genera en el apego aparece desde la construcción de estar juntos.

El burnout parental es uno de los fenómenos más comunes en medio de este espacio, y está socialmente invisibilizado. Y es que, en general, no se habla de la parte “fea” de la maternidad/paternidad, como puede ser el agotamiento frente a las exigencias de la crianza. Por lo mismo, es clave saber lidiar con esta presión y diversos estereotipos que se han creado por redes sociales sobre las crianzas permisivas y la maternidad/paternidad perfecta.

Algunas recomendaciones que da el psicólogo Nicolas Obreque son las siguientes:

• Dialogar, conocer y comprender es clave para entregarle realmente a sus hijos lo que necesitan. Hay niños que necesitan más contención física y otros que necesitan mayor espacio de libertad para explorar. Debemos entender que los niños/niñas, desde la más tierna edad, nos muestran su individualidad y debemos ser capaces de leer y responder en consonancia.
• Conversar, hacer actividades, jugar, estudiar y demostrar interés en su mundo interno permite la construcción de un vínculo empático y duradero.
• Ser conscientes de que las generaciones pasadas tuvieron poca educación emocional. Por tal razón, y en la era de acceso fácil a la información, es correcto buscar ayuda y orientación al respecto.

La maternidad/paternidad actual ha sido un punto de partida para analizar y entender el cambio generacional que significa la crianza responsable. No obstante, la poca información y la idealización que ha sido promovida por redes sociales hace que los nuevos modelos de crianza basados en estereotipos influyan en el desarrollo de los niños y niñas, dando como resultado apegos inseguros, poca regulación de emociones y comparaciones.