Cuando estamos nerviosos o estresados por situaciones diversas, nuestro cuerpo también se resiente. No se trata solo de algo mental o emocional, sino que pueden presentarse síntomas físicos concretos. Es lo que algunos llaman somatización.
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De acuerdo a la doctora Irene Araya, dermatóloga de Clínica Santa María, el sistema nervioso afecta la piel a través de la liberación de mediadores inflamatorios que se producen durante el estrés. Estos mediadores activan terminaciones nerviosas, las cuales están ampliamente distribuidas en la piel, activando o exacerbando una condición previa.
«El principal síntoma que se activa en estos casos es el prurito o la picazón, lo cual puede generar un empeoramiento de enfermedades del paciente. Dentro de estas enfermedades, por mencionar algunas, se han encontrado fuertemente ligadas a situaciones de estrés la psoriasis, dermatitis atópica y cuadros alérgicos en general», señala.
El principal síntoma en la piel derivado del nerviosismo es la picazón, pero pueden manifestarse otros como el ardor o incluso dolor en algunas áreas, por estímulos en otros grupos nerviosos.
Enfermedades psicocutáneas
La especialista menciona las llamadas enfermedades psicocutáneas, las cuales se generan en forma mayoritaria por trastornos psicológicos o incluso psiquiátricos.
Dentro de este grupo se encuentran:
- Tricotilomanía: Es cuando la persona se arranca pelos en forma reiterada.
- Excoriaciones neuróticas: Implica rascarse en forma intensa la piel, muchas veces en forma inconsciente, provocando heridas importantes.
Solucionar el problema
El dermatólogo es el médico que debe pesquisar estas enfermedades, para diferenciarlas de otros procesos dermatológicos.
En forma inicial las puede tratar este especialista, pero a veces es necesario derivar al psiquiatra para que los pacientes reciban un tratamiento más farmacológico y no farmacológico más específico.
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