La pérdida de un familiar, un accidente automovilístico, vivir un robo, ataque u otro hecho de violencia. Todos son ejemplos de eventos impactantes ante los cuales el organismo reacciona para protegerse. Por ello, es común presentar síntomas de miedo, estrés o angustia, que después de un tiempo deberían desaparecer para que el paciente se pueda reintegrar a su rutina. Cuando persisten, la psicóloga de Clínica Vespucio, Rommy Cruz, explica cómo identificar un caso de trastorno de estrés postraumático (TEPT) y advierte cuándo es necesario consultar con un especialista.
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¿Qué es?
El trastorno por estrés postraumático es un cuadro que presentan algunas personas después de vivir o presenciar alguna experiencia impactante, peligrosa o violenta. En Chile un 4,4% de la población sufre de esta alteración, que suele presentarse con mayor frecuencia en mujeres. “Es esperado sentir temor ante este tipo de situaciones, en las que el cuerpo reacciona para proteger a la persona en tal contexto, pero con el paso del tiempo debería retomar su estado normal. Cuando los síntomas se mantienen, es posible hacer el diagnóstico de este trastorno”, afirma la psicóloga de Clínica Vespucio, Rommy Cruz.
Se espera que la reacción normal ante el estrés se extienda entre dos a cuatro semanas, por lo cual si los síntomas persisten más allá de un mes, es necesario consultar con un profesional de la salud mental.
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Síntomas
De acuerdo al Manual de Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales (DSM V), las señales más comunes son:
- Recuerdos o sueños angustiosos recurrentes, involuntarios e intrusivos del suceso traumático.
- Reacciones fisiológicas y/o malestar psicológico intenso y prolongado al exponerse a factores que se asemejen al evento.
- Evitar estímulos asociados al suceso traumático, lo cual conlleva una disminución importante del interés o la participación en actividades.
- Sentimiento de desapego hacia los demás.
- Incapacidad persistente de experimentar emociones positivas (p. ej., felicidad, satisfacción o sentimientos amorosos).
- Comportamiento irritable y arrebatos de furia (con poca o ninguna provocación), que se expresan típicamente como agresión verbal o física contra personas u objetos.
- Hipervigilancia o respuesta de sobresalto exagerada.
- Problemas de concentración.
- Alteración del sueño (dificultad para conciliar o continuar el sueño, o sueño inquieto).
La especialista explica que estos síntomas se pueden manifestar en diferentes momentos según las características de cada paciente, por lo cual es necesario observar atentamente al afectado durante un tiempo prolongado.
Combatir el miedo
Una vez identificado este trastorno, el tratamiento debe ser llevado por un equipo de salud mental, ya que puede requerir medicamentos, psicoterapia o ambos. Específicamente, existen métodos psicoterapéuticos que han demostrado efectividad, como la terapia cognitivo conductual enfocada en el trauma y la desensibilización y reprocesamiento a través de movimientos oculares (EMDR).
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