El estrés laboral es un tema que se ha investigado desde hace muchos años. Algunos lo llaman un “síndrome general de adaptación”. Pero ¿qué pasa cuando la demanda es más fuerte de lo que nuestro cuerpo puede soportar? “El estrés es un proceso normal y fisiológico que le ocurre a todos, los efectos pueden ser tanto positivos como negativos. Dependiendo de la persona y su sistema nervioso es cómo va a responder ante estos estímulos. Los más importantes son los negativos, a lo que le debemos agregar la carga genética que nos compone como seres humanos”, explica Josefa de Pablo, académica de la Faculta de Enfermería de la UNAB.

La especialista en enfermedades mentales detalla cuáles son los síntomas que probablemente se desarrollen en el estrés laboral:

-Físicos: taquicardia, sudoración, migrañas, insomnio, alteraciones gastrointestinales, entre las más importantes.

-Psicológicos: ansiedad, aburrimiento, frustración, aislamiento, dificultad en la concentración, dificultad para la toma de decisiones, pérdida de la memoria.

-Conductuales: Agresividad, abuso de alcohol o drogas, trastornos alimenticios, conflictos, ausentismo laboral, disminución de la producción, mayor predisposición a tener accidentes.

Cómo combatirlo

1.- En primer término, las personas no deben automedicarse.

2.- Hacer una introspección de lo que le está pasando; y si es consecuencia de mi trabajo, o se relaciona con un conflicto familiar.

3.- Una vez identificado el problema, buscar cuáles son las alternativas para combatirlo; ¿seré poco organizado?, ¿tengo más trabajo del que me corresponde?, ¿el ambiente donde trabajo es hostil?, ¿tengo alguna red de apoyo en mi lugar de trabajo? Muchas veces se está tan abrumado que no se es capaz de ver eso hasta que llega a la silla de algún psiquiatra.

4.- Conversar con alguien sobre lo que le agobia, pero recordar que la solución está en sus manos.

5.- También se pueden ver como una ayuda las terapias complementarias. Lo ideal es que estas terapias o pequeñas pausas saludables se realicen en espacios dentro del horario de trabajo, a fin de romper el esquema y aumentar las energías para seguir con el quehacer