Ya pasamos la mitad del año y es común que estemos cansadas, con poca energía y agobiadas por la rutina y las demandas de la vida diaria. Desafortunadamente, ese agotamiento y estrés que comenzamos a sentir tiene consecuencias que muchas veces pasamos por alto, pero que no por eso dejan de estar ahí.
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Los efectos del
estrés en nuestro cuerpo son variados, pero específicamente en nuestra piel son nefastos. Por ello, es importante hacer algo para tratar y prevenir dichos efectos. Si actuamos ahora nuestra piel lo agradecerá.
Toma nota
- La piel de una persona que sufre estrés se ve opaca y deshidratada, afectando su elasticidad.
- Las arrugas y líneas de expresión se pueden ir haciendo cada vez más notorias y con ello las ojeras y bolsas en los párpados también.
- Esto se traduce en un aspecto más cansado, representando a veces más edad de la que tenemos.
- Pueden aparecer manchas y alteraciones cutáneas.
- Si sufres dermatitis, rosácea o psoriasis ésta se podría agravar.
- Los sectores de la piel que suelen verse más afectados son el rostro, espalda, glúteos y escote.
Cuida tu piel
Según la dermatóloga de Central Klinic, Alejandra Ríos, no hay que alarmarse ya que podemos restaurar el aspecto de nuestra piel, así como también prevenir que el estrés nos pase la cuenta.
Entre las recomendaciones de la especialista se encuentran:
- Realizarse una vez al mes algún tratamiento de hidratación como un shock vitamínico, velo de colágeno, oxigenoterapia o electroporación con ácido hialurónico.
- Realizar rutinas de limpiezas de mañana y noche.
- Usar cremas hidratantes y nutritivas.
- Ante la aparición de manchas se puede recurrir a terapias láser que activan el colágeno de la piel.
- Usar bloqueador durante todo el año y no solo en verano.
- Tomar agua a diario y consumir antioxidantes bajo supervisión médica.
- Tener un buen descanso por las noches.
- Practicar actividad física regularmente.
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