Los altos índices de obesidad de niños y adolescentes a nivel mundial, entre 5 y 19 años, han aumentado casi 10 veces en los últimos 40 años, pasando de 11 millones en 1975 a 124 millones en 2016, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En el caso de Chile, al 2017 alrededor del 50% de los escolares presentaba sobrepeso y obesidad, según el programa Contrapeso de Junaeb. De seguir esta tendencia, la obesidad será mayor en número que la insuficiencia ponderal (desnutrición), considerándose como una  crisis sanitaria sobre la que hay que aplicar medidas.

En este contexto, Fundación Chile y Gfk Adimark lanzaron la séptima edición del estudio Chile Saludable, a través del cual se levanta y analiza información de la situación actual de Chile en los ámbitos de alimentación y vida saludable, identificando nuevas oportunidades y desafíos de innovación. La nueva edición centra su atención en un segmento clave de nuestra sociedad: niños y adolescentes, dada la crítica realidad que enfrentamos, abordando un ámbito clave en esta ecuación como son las colaciones infantiles.

Crecer en movimiento

Durante la presentación del estudio, la ministra del Deporte Pauline Kantor se refirió al programa “Crecer en Movimiento”, que busca reducir la obesidad infantil con las siguientes acciones: perfeccionar las clases de educación física, desarrollar habilidades motoras y los talentos deportivos de los alumnos, e inculcarles hábitos de vida saludable. La autoridad aseguró que “tenemos el desafío de lograr cinco millones de deportistas de aquí al 2022. Lo vamos a lograr; nuestros niños deben Crecer en Movimiento. Hoy está en nuestras manos”.

Respecto a los datos recogidos por el estudio, Andrés Barros, gerente de Alimentos & Acuicultura de Fundación Chile, dijo que “la aproximación de la población a una vida saludable ha ido mutando en el tiempo y, en este sentido, no todos los hábitos se han potenciado. Muy por el contrario, hay algunas conductas que tuvieron su hegemonía y hoy han perdido relevancia. Hace algunos años existía un fuerte interés por el contenido calórico y por la rotulación de los alimentos. Se observa que este interés ha ido mermando fuertemente en el segmento GSE ABC1 y, de la misma manera, el segmento GSE D le ha ido siguiendo la pista”.

Agregó que hoy los consumidores no solo aprecian que un producto sea bajo en calorías, sino que se han vuelto más exigentes y cultos en conceptos de nutrición. “Hace una década hablar de grasas trans era poco conocido y relevante para la mayor parte de la población, ya que existía un sesgo al calcular solo las calorías sin importar la calidad nutricional; en cambio, hoy la población está más informada de cómo los nutrientes críticos tienen un impacto en la salud”.

Calorías totales

De acuerdo al estudio, se calcula que una colación saludable debe representar entre el 10-15% de las calorías totales que requiere un niño, teniendo en consideración que a medida que los niños van creciendo sus requerimientos de energía se van modificando.

Además, se señala que las colaciones de los preescolares deben contener entre 100 a 150 calorías y en el caso de los escolares entre 150 a 200 calorías, mientras que en los estudiantes de educación media entre 200 a 250 calorías. Por su parte, da cuenta que las colaciones varían de acuerdo al gasto energético, género, edad, nivel de actividad física, peso y talla de cada grupo etario.

En relación a su alimentación y a la implementación de la Ley de Etiquetado de los alimentos, los resultados indican que un 87% de los niños la conoce, pero tres de cada cuatro niños declara que no la toman en cuenta a la hora de elegir lo que van a consumir. Además, el 64% de los niños dice elegir sus colaciones (tipos y marcas), pero el porcentaje disminuye a un 22% cuando se habla de lo que se come en la casa.

Respecto al comportamiento de los padres/madres con hijos entre 0 y 12 años, se aprecia que valoran los atributos saludables a la hora de elegir alimentos. La mitad de ellos considera importante que los alimentos y bebidas sean bajos en azúcar, así como también en grasas y sodio. Sin embargo, solo un 40% lee la rotulación de los alimentos, lo que deja a una gran mayoría sin conocimiento sobre la composición nutricional de los productos.

Perfiles psicográficos

El estudio también analiza la evolución de los perfiles psicográficos (motivado, culposo, esforzado, resignado e indeciso), ya identificados en volúmenes anteriores (2012, 2014 y 2016), y que son un reflejo de los diferentes estilos de vida que cohabitan hoy en Chile. Esto a raíz del estudio “Estilos de vida de los chilenos Chile 3D” desarrollado por GfK Adimark.

“Los dos perfiles que más aumentan en la población son aquellos que tienen altas barreras a la vida saludable: esforzados y resignados. Es decir, los chilenos están percibiendo más limitaciones para construir una vida sana. Sin embargo, si se agrupan los perfiles que tienen buenos hábitos (esforzados y motivados), se ve que éstos han pasado de representar 37% de la población en 2012 a 47% en 2018. Es decir, si bien hay fuertes barreras para llevar una vida saludable, hay una evidente intención de la población por mejorar sus hábitos y conductas y este es un dato bien potente, que nos entrega una mirada más positiva sobre lo que está ocurriendo entre los chilenos y la vida saludable”, indicó Catalina Correia, directora de marketing de GfK Adimark.