Por ello, es fundamental que los padres piensen bien antes de hablar o actuar, ya que con ciertas frases y actitudes podrían estar dañando la relación de los hermanos.
A continuación, se muestran algunos ejemplos.
Toma nota
1-Entre las actitudes más negativas y que afectan la relación fraterna están las comparaciones entre hermanos, las que deben ser evitadas, así como las muestras de afecto y atención privilegiando a uno sobre el otro. Evite comparar; cada hijo/a es diferente.
2-Usar la edad como referente en los conflictos provoca mucha rabia en los niños. Por ejemplo: pedir a un niño de 5 años que se controle porque es más grande.
3-Obligar al hermano mayor a integrar al hermano menor en sus actividades cuando está con amigos versus el motivarlo a que lo invite. La idea es poder conversar en un momento tranquilo cómo se sentiría él si estuviera en su lugar.
4-Descalificar o agredir verbal o físicamente a un hijo cuando este ha agredido al hermano. Los padres deben cuidar su rol de autoridad y modelar las conductas y actitudes que esperan de sus hijos siendo concordantes con sus acciones. Por ejemplo, a veces los niños aprenden garabatos de sus papás, pero se les exige que ellos sean respetuosos. Muchos niños con dificultades de regulación emocional o conductual tienen padres con el mismo déficit.
5-Exponer al hijo frente a terceros cuando se equivoca, tomarlo como ejemplo o hacer burla de la falta.
6-Manipular con el afecto para lograr un objetivo. Por ejemplo: no me gustas si te portas mal, no te voy a querer más. Se espera que los padres puedan intervenir sobre la conducta, pero no sobre la persona.
7-Extorsionar a los hijos y atribuirles responsabilidad en los problemas del adulto para lograr un cambio. Por ejemplo: Si sigues así me voy a enfermar.
Por: María Isabel García Vermehren, psicóloga y autora del libro “¿Quieres ser mi hermano?”
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