Para que un niño adquiera el lenguaje e incremente de manera efectiva su vocabulario los padres tienen que hablarle. También es aconsejable que al menos una vez al día lean un cuento. Por eso es importante tener libros en casa para que los hojeen y observen los dibujos.
A los 2 años el niño debiera conocer 300 palabras y debiera estar en grado de expresarse con frases formadas de 2 palabras. A esta edad aprenden con mucha velocidad. Dicen por ejemplo: «Perro ladra».
Si el niño no presenta problemas de audición y su desarrollo es normal debiera conocer un mínimo de 80 palabras. Si reconoce menos hay que poner atención.
Para incrementar el vocabulario es necesario que los padres dediquen tiempo a desarrollar el lenguaje desde los primeros años. Éste se adquiere de las personas que están a su alrededor y por imitación. Es indispensable tener paciencia.
Sugerencias para la adquisición del lenguaje
Conversar con los niños, ya que escuchar los estimula. Hay que hablarles lentamente en sílabas bien pronunciadas, en tono bajo, nunca gritar y con palabras simples.
Para que comprenda debe hablarle de cosas que están sucediendo en ese momento. Así asociará la palabra al hecho. Por ejemplo: «Te voy a traer el plato de comida»; «Te sentarás en tu silla; «Te estoy poniendo el babero»; «Ahora abre la boca, la comida está rica».
Otro ejercicio sencillo consiste en darle una pelota al niño para luego repetir juntos: pe-lo-ta.
Las imágenes son esenciales para que reconozcan objetos y realicen asociación de conceptos mentales con figuras materiales. En este sentido, para favorecer el lenguaje hay que realizar actividades que los motiven. Puedes mostrarle una imagen con un gato. Repiten varias veces: ga-to. Luego que el niño lo dijo solo, agregas la palabra sal-ta.
Es importante que logre asociar la imagen a una acción: El gato salta; El perro come; El niño juega. De ese modo repetirá estas frases cada vez que vea la imagen del gato, del perro o del niño.
Leer historias simples y con dibujos motivadoresdespierta la curiosidad del niño y lo estimula para que diga palabras nuevas, incrementado el vocabulario. La lectura debe hacerse más lento de lo habitual. Debe hacerse silabando las palabras, para darle tiempo de repetir algunas. Tenemos que hacer la mímica de los personajes del cuento, con nuestras manos y con la cara. Hay que enseñarle la sorpresa, la felicidad y la tristeza. De esta manera le damos instrumentos para expresar sus propios sentimientos.
Estimula al niño para que pida las cosas hablando. Por ejemplo, si quiere un globo y no lo entiendes y él apunta con el dedo, dile: «Eso es un globo. ¿Quieres el glo-bo? Me lo repites, glo-bo». Recién entonces se lo pasas. Sin ser demasiado insistente, trata de estimularlo lo más posible. El niño también tiene deseos de comunicarse. Muchas pataletas se producen porque el adulto no entiende lo que él necesita o desea.
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Por: Silvana Di Monte, profesora y psicopedagoga. Escritora y autora del proyecto “Yo, el profesor de mi nieto”.