La manera de relacionarnos con los demás se aprende mirando cómo otros se relacionan entre ellos y de cómo se relacionan con uno mismo. En estas interacciones vemos qué conductas son premiadas como buen trato y cuáles son castigadas en el entorno en que nos movemos.
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De acuerdo con Alejandra Buzeta, directora de
Fundación Ama —institución que lleva varios años trabajando con talleres para padres en diversos temas de crianza—, en los niños de hasta 10 años importan mucho las conductas que aprueban o desaprueban los padres y los profesores. En ese periodo, somos su referente totalmente.
Aprovechando la posibilidad del confinamiento en casa, la experta en aprendizaje socioemocional explica que los padres tienen una gran oportunidad de estar presente en muchas más interacciones con sus hijos, modelando de mejor manera las conductas en ellos.
Toma nota
- Debemos enseñar a los hijos a relacionarse de manera real y de manera virtual.
- Insistamos en la importancia de agradecer un regalo, saludar a los abuelos, códigos de cortesía, agradecer y escuchar al otro, contestar un email o no tener conversaciones paralelas si estamos en grupo.
- No debemos escandalizarnos frente a los errores. Nuestros hijos están aprendiendo a relacionarse de manera real y virtual, y nosotros muchas veces también. Podemos preguntarles: ¿cómo estuvo la conversación?, ¿cómo te sentiste?, ¿cómo se habrá sentido tu amigo con la conversación?, ¿por qué crees eso?
- Ya sea para bien o para mal, es muy bueno reflexionar sobre lo que hemos hecho bien para repetirlo, y lo que hemos hecho mal para pedir perdón y enmendar.
- Si un hijo es víctima de maltrato, aprovechemos la dolorosa experiencia para que se conecte con lo doloroso que es el que te molesten o traten mal. ¿Cómo te sientes?, ¿cómo te gustaría que te trataran?, ¡qué doloroso es que te dejen de lado cuando tú quieres ser parte del grupo!, ¿habrá pasado algo, que no quieren incluirte en el juego? ¿hay algo que yo pueda hacer para ayudarte? Estas preguntas lo ayudarán a ver lo triste que son esas conductas negativas, guiando una mejor decisión a futuro.
- Nunca conectemos a nuestros hijos con la rabia y la venganza.
- Las pantallas ejercen gran influencia en ellos. Por ello es importante revisar la calidad del contenido que están viendo. Tengamos conversaciones críticas con nuestros hijos, para que logren tomar conciencia de los patrones de conducta que están observando y puedan decidir sobre ellos.
- Lo más importante es que nuestros hijos sepan qué tipos de conductas aprobamos, cuáles desaprobamos, por qué las desaprobamos y que sepan que siempre los amaremos aunque se equivoquen.
Respetar la diversidad
Alejandra Buzeta explica que respetar la diversidad de opiniones, de gustos y las capacidades diferentes se refiere a la habilidad socioemocional de tomar perspectiva del otro. Esto se enseña con la propia vida y de manera consciente mostrando el valor que tiene el buen trato, y no castigando ni obligando.
La experta es enfática al decir que cada ser humano tiene el mismo valor, cada persona piensa según su propia historia de vida y todos necesitamos y merecemos el mismo amor y espacio de expresión. Teniendo conciencia de esto seremos capaces de aceptar las opiniones, deseos y acciones diferentes a las nuestras.
«Es relevante aceptar las opiniones de nuestros hijos, de nuestros padres, de nuestra pareja, hablar bien en la mesa de quienes tienen posturas distintas, mostrar compasión frente a las debilidades de los otros, y ser capaz de ver el aporte y valor de cada persona», puntualiza.
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