Consejos para el sueño del bebé

La psicóloga Catalina Larraín, de @espaciomam —comunidad que se especializa, acompaña y apoya a las futuras madres por medio de talleres desde el embarazo y hasta el primer año posparto—, explica que el recién nacido atraviesa por diferentes estados de conciencia. Puede pasar de estar despierto y tranquilo al llanto, y luego de un estado de somnolencia al sueño profundo o al sueño inquieto. Todo esto en muy poco tiempo, resultando muchas veces difícil para los padres entender dichos cambios. Además, los períodos de siesta serán breves por la necesidad que tiene de alimentarse cada dos o tres horas.

«Saber esto permite a los padres prepararse mejor para cuando llegan a la casa con el recién nacido. La mayoría de las veces el bebé se quedará dormido en el pecho, que representa todo lo que necesita: alimento, seguridad, bienestar y calma», comenta.

Cercanía con la madre

La psicóloga explica que uno de los factores que favorece el sueño es dejar que el bebé duerma cerca de la madre en los primeros meses. Puede ser en la misma habitación, en cuna o camita pegada a la de los padres.

Y es que los bebés en el útero nunca están en silencio o solos. Siempre están en sintonía con su madre y acompañados por los sonidos del corazón, la respiración, el flujo sanguíneo o digestión de la madre.

«Considerando lo anterior, resulta contrario a nuestra naturaleza dejarlo dormir solo en un cuarto separado. Cuando se toma esta decisión no solo le faltará el calor y cercanía física de la madre, sino que su voz, su olor y su presencia, a la que ha estado habituado durante su permanencia en el útero», explica Catalina.

Cuando los bebés comienzan a estar despiertos por períodos más largos durante el día, las madres comienzan a introducir ciertas acciones de manera intuitiva para hacerlos dormir, como por ejemplo acunarlos, mecerlos, cantarles, envolverlos, etc. Cada bebé es diferente, por lo tanto, algunas de estas acciones lograrán calmar a algunos y otras maniobras calmarán a otros.

¿Se puede usar chupete?

De acuerdo con la psicóloga, la succión es un reflejo y una necesidad de los primeros meses de vida: al succionar, el bebé se siente calmado y tranquilo. Por esta razón muchas madres optan por el chupete, cuya función es calmar momentáneamente al bebé cuando presenta este reflejo sin necesidad de que tenga hambre.

«El uso del chupete protege a la madre de estar muchas horas con el bebé en el pecho y así quedar libre para hacer otras cosas de la casa o atender a sus otros hijos. Por supuesto, es una decisión de cada madre. Existen muchas líneas de pensamiento en este sentido, sin desestimar que la razón biológica por la cual los chupetes funcionan es porque calman el reflejo de succión», explica.

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Recomendaciones para una rutina de sueño

Al comienzo los padres deben adecuarse a los ritmos cambiantes del recién nacido. De a poco este se irá acomodando a los horarios y ritmos del mundo, permaneciendo más despierto de día y durmiendo más horas de corrido de noche. Es un proceso de varios meses, pero Catalina Larraín explica que los padres pueden seguir algunos consejos:

• Durante los primeros 2 meses es bueno envolverlos en una manta suave, ojalá de algodón, con los brazos apegados al costado de su cuerpo. Así se sienten seguros y contenidos. Además, se evita que los temblores propios y espontáneos del recién nacido lo despierten y asusten.
• Emitir el sonido que denota silencio y que usamos para hacer callar a otros (shhh, shsss, shhh), en tono fuerte y cerca del oído, es efectivo durante el primer mes, ya que es un sonido parecido al que escuchaba dentro del útero. Suele provocar calma inmediata.
• Hacer porteo y llevar al bebé junto al cuerpo de la madre también favorece el sueño profundo, reduce los períodos de llanto, previene el reflujo, facilita la eliminación de gases, ayuda con los cólicos y regula mejor su temperatura al permanecer pegado al cuerpo de su madre.
• Es importante asegurarnos de que, antes de dormir, las necesidades del bebé estén satisfechas, es decir, que no tenga hambre, dolor, calor, frío, cólicos u otro malestar.
• Para ayudar con el sueño del bebé también es bueno mecerlo, arrullarlo, dar un paseo con él, incorporar los masajes y/o un baño en su rutina nocturna. Finalmente, siempre está la magia del pecho.
• Hay bebés que nacen con un temperamento más sensible, por lo que serán más irritables, difíciles de calmar y por lo tanto se les dificultará más quedarse dormidos. Como los padres enfrentarán una mayor demanda, contar con redes de apoyo es muy importante.
• En este caso los padres deben tener mucha calma y paciencia. De lo contrario, pueden exacerbar la irritabilidad y estrés en el recién nacido.
• Algunos bebés prematuros pueden desarrollar un temperamento irritable debido a su permanencia en la UCI, exceso de manipulación (sondas, pinchazos, luces, ruidos intensos) y a ausencia de calor y contención de su madre. Hay que darle mucho contacto físico, porteo, piel a piel, envolver, masajear, no dejarlo llorar y atender amorosa y prontamente sus necesidades.
• Cuando la dificultad no se resuelve, conviene pedir ayuda a un especialista.

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