Dicen que marzo marca el “verdadero inicio” del año. Claro, para todos es un baño de realidad bien impactante en que se mezclan la vuelta al colegio, el aumento de la carga de trabajo en la oficina y el pago de ciertas obligaciones financieras, entre otras situaciones. ¿Para qué traspasar estrés adicional a los niños? Ya es suficiente con el regreso a clases, que eleva su ansiedad.

Conectarse con nuevos desafíos

Uno de los temores que vivimos como papá al comienzo del “año real” es la readaptación de nuestros niños a la realidad de la rutina. Vienen de ¡3 meses de vacaciones! en que, prácticamente, hicieron lo que tuvieron ganas de hacer. No había horarios, se permitieron cosas que en general están vedadas y el tiempo fue administrado por los niños. La conversación con ellos en las semanas previas debe ser clara y sencilla: viene la vuelta a clases con todo lo que implica, responsabilidades y diversión junto a los compañeros. Por favor no jugar a la “escuela como amenaza”, pues los niños de manera natural demonizarán el aprender.

La rutina ya fue

Libros y pediatras dicen que los bebés necesitan rutinas para sentirse tranquilos y acogidos. Aquello nos permite poder construir una agenda para ellos y, al mismo tiempo, establecer los preciados “horarios de sueño”. A medida que los niños crecen la repetición ya no parece tan atractiva para ellos. Como papás estamos llamados a generar quiebres, inventar sorpresas y abrir puertas nuevas para que la rutina que antes tanto les acomodaba no termine deprimiéndolos. Volver al colegio es la rutina más importante de sus vidas y debe tener matices.

Anclar la memoria

Será bueno documentar lo que fueron las vacaciones, en fotografías, videos e incluso alguna chuchería comprada si es que tuvimos la alegría de movernos a otro lugar. Las vacaciones van dibujando la memoria colectiva, la vuelven tangible y refuerzan el lazo de cariño que nos une como familia. Si hay algo que recordamos cuando adultos, aparte de las Navidades, son los períodos de descanso infantil, los juegos junto a otras personas, los espacios para reírnos y comer algo rico con nuestros padres.

Atreverse

Los seres humanos tenemos un miedo intrínseco a lo desconocido. Damos pasos hacia adelante solamente cuando creemos estar seguros. Si bien los niños no están tan condicionados por el temor que nos invade de adultos, cada cierto tiempo requieren de nuestra contención ante nuevos escenarios: cambio de curso, nuevos compañeros, profesor diferente. La vida está hecha de cambios y será maravilloso que nuestros niños aprendan a convivir con ellos desde pequeños.

 

Por: Rodrigo Toledo, Papá en Rodaje, www.papaenrodaje.cl