En un estudio realizado por las doctoras en psicología Gillian Forrester y Alina Rodríguez se trató de estudiar de forma sistemática esta conducta en niños de 4 años. Por los resultados, parece una conducta que se ajusta a la teoría de que el lenguaje hablado es producto de la evolución de un lenguaje de gestos anterior.
Detalles
Las investigadoras filmaron a 14 niños de 4 años mientras realizaban tareas en su casa. Las actividades fueron diseñadas para que implicasen diferente grado de control motriz, algunas de motricidad fina (jugar con muñecos en miniatura o abrir candados con llaves), otras de motricidad gruesa (un juego en el que se le pedía al niño que golpeara la mesa con la palma o con el puño, al contrario de la parte con que golpeara el investigador) y otras en las que no se requería ningún control motriz (recordar una historia).
Resultado
Tras la grabación, se analizaron los videos y se observó la frecuencia con que los niños sacaban la lengua mientras realizaban los diferentes juegos, y si además la sacaban hacia la derecha o a la izquierda.
Todos los niños sacaron la lengua durante los juegos, dato que apoya una investigación anterior con niños de entre 5 y 8 años que sugería que este es un comportamiento común. Pero el hallazgo más importante es que los niños sacaban la lengua más dependiendo del tipo de tarea, especialmente en el juego en el que golpeaban con el puño o la palma. Esto rompe las expectativas de las investigadoras, pues la hipótesis inicial era que las tareas que implicasen una mayor destreza en motricidad fina sería la que provocase más “lenguas fuera”. Forrester y Rodríguez argumentan que este resultado tiene sentido en términos evolutivos. Explican que el juego de golpear la mesa implica cambios de turno (investigador-niño), gestos manuales y unas reglas en la estructura, es decir, los componentes fundamentales de un sistema de comunicación.
Cuestión de hemisferio
Esto encaja con otro resultado que es que, en su mayoría, los niños tendían a sacar su lengua hacia la derecha, lo que implica un control del hemisferio cerebral izquierdo.
El lado izquierdo del cerebro es la parte predominante en el control del lenguaje, por lo que este dato nos sugiere que podría existir una relación entre la destreza manual, el lenguaje y la comunicación.
Pero ¿y los adultos? Las investigadoras señalan que el que el adulto deje de sacar su lengua tendría que ver con la connotación negativa del gesto en nuestra cultura.
Habla y control manual
Tomados en conjunto, y en relación con investigaciones anteriores en las que se señala la superposición de áreas cerebrales involucradas en el habla y el control manual, las investigadoras subrayan que estos resultados apoyan la idea de que “las acciones de la mano y la lengua están interrelacionadas. De manera que cuando se realizan secuencias estructuradas con la mano, estas van acompañadas de acciones espontáneas y sincronizadas de la lengua”.
Fuente: Cenitpsicologos.com
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