La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la segunda causa de muerte en personas entre los 15 y 29 años, a nivel global, es el suicidio.

El suicidio y los intentos de suicidio son acciones silenciosas que tienen un efecto dominó que afecta no solo a las personas, sino también a familias, sociedades y comunidades. “El sufrimiento es vivido de modo privado, donde incluso la búsqueda de apoyo o ayuda de cercanos puede volverse en extremo difícil. Por esa razón resulta muy complejo el acceso a esta vivencia de malestar extremo; y podemos observar con frecuencia como quienes sufren viven su padecer aisladamente y en silencio, mostrándose reservados o indiferentes o incluso negando el propio malestar”, explica el neuropsicólogo de Grupo Cetep, Roberto Gárate.

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