En Chile mueren 11 personas por cada 100 mil habitantes por daño autoinfligido, según un estudio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Asimismo, el país ocupa el cuarto lugar con mayor tasa de suicidio luego de Guyana, Surinam y Uruguay.
En la actualidad, cerca de 1.800 personas se suicidan al año en Chile, de las cuales 400 son jóvenes según información de Datosmacro.
Derrumbando el tabú sobre el suicidio
Organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 10 de septiembre es un día que pretende crear conciencia acerca de la prevención del suicidio en todo el mundo. Se busca promover la colaboración de todos para que abordemos temas como autolesiones y suicidio a partir de acciones preventivas. También el desarrollo de capacidades para los proveedores de atención médica y otros actores relevantes en la difusión de mensajes positivos e informativos a la población en general y grupos de riesgo como los jóvenes.
La idea de este día es abrir y facilitar el debate sobre salud mental y su importancia en los lugares de trabajo, hogar y escuelas, entre otros. Así se anima a las personas que contemplan la idea del suicidio o se ven afectadas por él a que compartan sus historias y busquen la ayuda profesional necesaria.
Factores de riesgo
Las causas asociadas al suicidio pueden ser la pérdida laboral o financiera, el trauma o abuso, los trastornos mentales, uso de sustancias y las barreras para acceder a la atención médica.
La psicóloga de Grupo Cetep, Angélica Álvarez, explica que en general en los intentos de suicidio o el suicidio consumado influyen varios factores como:
- Falta de redes de apoyo, que aumenta la sensación de soledad y disminuye la sensación de pertenencia.
- La presencia de eventos vitales negativos como pérdidas de relaciones significativas, situaciones traumáticas como abuso físico o sexual o la vivencia de catástrofes o emergencias humanitarias.
- Los bajos ingresos y la pérdida de fuente de ingresos.
- La edad avanzada también aumenta la probabilidad de suicidio.
Así, el neuropsicólogo de Grupo Cetep, Dr. Roberto Gárate, advierte que “el suicidio es un fenómeno clínico y social multicausal, donde se relacionan dos vivencias centrales: la individual y la colectiva». Agrega que «al suceder un desencanto por la vida en términos de valores o metas la persona se pregunta con crítica extrema si tiene sentido vivir o se plantea su propia vida, sus posibilidades futuras, presentes o pasadas y eso puede ser contundente a la hora de que una persona pueda tomar alguna decisión”.
Población vulnerable
Cada persona es distinta y tienen personalidades diferentes, por lo que a lo largo de la vida de todo individuo que haya presentado ideas de muerte o intentos de suicidio, estadísticamente, cualquier manifestación de suicidio incrementa el riesgo de muerte.
La psicóloga de Grupo Cetep explica que “la población que tiende a ser más vulnerables es aquella que ha sido diagnosticada con trastornos de ánimo, esquizofrenia y trastornos por uso de sustancias. Esto se relaciona directamente con la idea de encontrar alivio o una salida a síntomas difíciles de soportar como la desesperanza y pérdida del sentido de la vida”.
Añade que “otra población de riesgo es aquella que sufre de enfermedades crónicas del sistema nervioso central, como lupus, cáncer, sida o dolor crónico. Estas enfermedades que se relacionan con el compromiso de la vida de algún familiar y el deterioro cognitivo”. Un tercer grupo de riesgo son “los grupos minoritarios y que sufren mayor discriminación, entre ellos migrantes y refugiados, personas homosexuales, lesbianas, bisexuales, trans e intersexuales, así como también las personas privadas de libertad”.
El neuropsicólogo de Grupo Cetep, Roberto Gárate, explica que “todo sujeto que presente factores de riesgo es potencialmente vulnerable debido a que está directamente relacionado con el menoscabo de la calidad de vida y, en consecuencia, la valoración de esta como fuente de sentido y gratificaciones”.
Herramientas de prevención
El suicidio es un problema de salud pública importante que a menudo sucede por el descuido, los mitos, tabúes y que está rodeado de estigmas. Por eso es importante tener en cuenta ciertas precauciones y herramientas para ayudar a aquellos que no están en el mejor momento y evitar posibles situaciones lamentables. Existen herramientas a nivel íntimo, como la familia, amigos o cercanos.
En otros ámbitos que se relacionan con la comunicación y el conocimiento de los factores de riesgo, el especialista Roberto Gárate especifica:
- Es importante la observación y la conversación cotidiana como punto de partida.
- Las redes de apoyo son fundamentales desde el punto de vista de la compresión. La empatía para quien sufre puede ofrecer mejores alternativas de contención y la posibilidad de implementar estrategias de apoyo oportuno y pertinente.
Además, la psicóloga de Grupo Cetep, Angélica Álvarez, afirma que “otra medida importante es que aquellas personas que se encuentran en tratamiento farmacológico o psicoterapéutico no abandonen sus tratamientos. Y es que la contención en momentos de crisis es vital. Cuando uno escucha sin emitir opiniones, juicios de valor, sin dar consejos u órdenes, sin interrumpir y permitiendo la expresión de los sentimientos, genera alivio hasta que los profesionales a cargo puedan intervenir”.