Está muy de moda en nuestra sociedad hablar de los nuevos roles que están ejerciendo los hombres, sobre todo en el plano familiar y más específicamente en torno a la crianza de los hijos como papá y actividades de tipo doméstico.

Creo que históricamente siempre han existido esos roles. Sin embargo, la diferencia de hoy con ayer es que el hombre y la mujer han abierto ventanas de evolución y expandido más sus territorios, sin pudor o con mucha menor sanción social. También la asertividad ha jugado un papel importante al momento de llegar a acuerdos en lo referente a la distribución de funciones que se aprecian en las parejas más jóvenes.

Pero, ¿estará el hombre preparado para asumir con las ventanas abiertas estas nuevas complejidades y múltiples tareas que se le vienen encima sí o sí?

Por supuesto que sí, en principio. Pero independientemente del género, hay hombres que pueden conciliar muy bien la multiplicidad de roles que les toca desempeñar en la vida, como hay otros que no. El mismo fenómeno pasa con las mujeres: algunas integran bien sus roles y otras no. Existen también muchas mujeres trabajólicas que apenas se preocupan de si existe comida en sus casas.

Buena adaptación del papá

¿De qué factores puede depender una mejor adaptación a hacer muchas cosas en un día, y de las cuales al menos 4 o 5 tienen que ver con diferentes roles y/o áreas de la vida?

Creo en primer lugar que tiene que ver con aspectos cognitivos o de esquemas mentales con los que nos abocamos a los cambios o complejidades que la vida nos va exigiendo.

Muchas veces pensamos que “es terrible que nos toque a nosotros tener que hacer aseo, cuidar guaguas, preparar comida antes de irse a trabajar; hacerse el tiempo para ver o llamar  por teléfono a amistades, atender a la pareja y más encima tener que funcionar de manera eficiente y proactiva en el trabajo”. Esto es válido para hombres y mujeres.

Si lo vemos de esa manera, por cierto que cualquier persona se estresaría con sólo imaginarlo. Sin embargo, si estas tareas que se nos presentan en ciertas etapas de la vida las enfrentamos de una manera creativa y nutricia, nos da paso al cambio de switch  psicológico y podemos apreciar lo fantástico que es aprender a manejarnos en diferentes planos y desarrollar variadas destrezas en nuestra vida.

¡Qué buen espacio para que muchos hombres tomen contacto sensorial con sus hijos a través, por ejemplo, de un cambio de pañales o un baño en tina! Y en otras áreas, ¡qué didáctico es que sus idas al supermercados se transformen en actividades que inclusive les pueden enseñar a conocer mejor la calidad y precios de los productos de consumo en su familia, y con ello acercarse mucho más a la cotidianeidad del hogar!

Estos nuevos aprendizajes pueden servir a un gran número de hombres que sólo se dedicaban, producto mayoritariamente de su socialización, a cumplir con un horario de trabajo y a aportar monetariamente al hogar.

Pareja

En las relaciones de pareja actuales es de crucial importancia, sobre todo cuando el tiempo es escaso y las relaciones aspiran a ser simétricas, contar con que el otro u otra sea capaz de combinar diferentes roles, aunque sea empezando con “ensayo y error”, a fin de ser seres más integrales y completos en diversas áreas. Por cierto que si a una mujer no le gusta cocinar, su pareja puede subsidiarla en aquellas labores; y a la inversa,  si a una hombre no le gusta maestrear y a su pareja sí, pues entonces lo más asertivo sería que ella se encargara de esas labores.

También, de manera muy especial, es importante darse la posibilidad de abrirse hacia nuevas actividades que puedan colorear de otra manera nuestras a veces estereotipadas vidas.

Lo que hay que tener presente para hombres y mujeres, con el fin de no morir en el intento, es que hay una jerarquía en la vida y ésta dice que no se puede hacer todo junto, ni con los mismos énfasis…

 

Por: Javiera de la Plaza, sicóloga especialista en asertividad.