Salidas al zoológico, fin de semana en la playa, compromisos con familiares y amigos parte de las actividades que los padres organizan cada verano para que los niños no se aburran en vacaciones. Una tarea que genera ansiedad en los adultos y que deja de lado el juego y el ocio, espacios que según los expertos son fundamentales para un correcto desarrollo cognitivo y emocional en la infancia.

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