Antiguamente no existía un diagnóstico de este problema, por lo que muchos bebés eran calificados solo como «mañosos» tras tomar leche y llorar desconsoladamente sin alivio. Hoy existe mayor diagnóstico y se sabe que entre un 2% y un 5% de todos los niños padecen esta afección.
Síntomas en el bebé
¿Cómo puede darse cuenta una mamá si su bebé sufre alergia a la proteína de leche de vaca? Lo primero es observar síntomas que pueden aparecer luego de mamar (lactantes) o tomar leche de fórmula, como los siguientes:
- Aparición de muchos cólicos e irritabilidad (llanto desconsolado del bebé por más de 2 horas habiendo atendido todas sus necesidades).
- Eczema o ronchitas en la piel, debajo de axilas, en tórax, espalda o rostro.
- Tos persistente.
- Deposiciones con pintas de sangre, de mal olor o con mucosidad.
- Diarrea o estreñimiento.
El signo más evidente de que un bebé NO tiene este problema es que tras la toma de leche queda plácido, relajado y pleno. Si no es así, hay que consultar con el médico. A veces puede darse un solo síntoma o varios, o presentarse más temprana o tardíamente.
Dieta de exclusión
El diagnóstico de la alergia a la proteína de leche de vaca es largo y se basa en prueba y error. Se puede recurrir en primera instancia al pediatra, quien derivará a un especialista inmunólogo o gastroenterólogo infantil.
En el caso de los lactantes es imperativo que la mamá haga una dieta especial de exclusión si desea continuar con la lactancia, ya que las proteínas se traspasan al bebé por la leche materna.
Debe eliminar todos los alimentos reconocidos como lácteos, aquellos elaborados con derivados de leche o con un porcentaje de leche (pan, queques, tortas) o los elaborados en líneas de producción con trazas de leche. Esto implica una gran variedad de alimentos, ya que a veces la leche puede estar oculta en el etiquetado bajo otro nombre. Luego de que la mamá inicia esta dieta especial, los síntomas en el bebé pueden ir desapareciendo a los 20 o 27 días (no es inmediato).
Equivocadamente se le llama «dieta del amor» porque implica mucho sacrificio y contención para la mamá, siendo necesario el apoyo y compromiso de toda la familia. Por lo mismo, si la mamá no se siente capaz de seguir este camino debe necesariamente abrirse a otras posibilidades, pues la idea no es caer en sentimientos de culpa o pensar que no quiero lo suficiente al bebé. Un camino es optar por la lactancia mixta o completa con leches de fórmula hidrolizadas, que son una alternativa para bebés que sufren alergia a la proteína de leche de vaca.
Ojo con estos nombres
Es importante fijarse muy bien en las etiquetas, ya que muchas veces esta proteína puede aparecer con nombres como:
- Alfa lactoalbúmina
- Albúmina de suero Bovino
- Beta lactoalbúmina
- E 472 Esteres lácticos
- E 481 Lactilato de sodio
- E 482 Lactilato de calcio
- H 4511 Caseinato de calcio
- H 4512 Caseinato de sodio
- Suero en polvo
- Esencia de crema bávara
- Caldo concentrado de carne y costilla
Existen cuentas en redes sociales que ofrecen información especializada sobre alergia a la proteína de leche de vaca, como la de la nutricionista Macarena Hinrichsen (@alergiasylactancia).
Tiempo al tiempo
En muchos casos la alergia a la proteína de leche de vaca puede desaparecer a medida que el niño crece, a los 3, 4 o 5 años. El médico es quien debe otorgar el alta luego de realizar varias pruebas médicas que no arrojen síntomas. Cuando el niño inicia la alimentación complementaria se van probando de a poco los alimentos. En un camino largo que toma su tiempo.
Por: Paulina Campos, enfermera y asesora de lactancia, creadora de @blactancia.
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