En ocasiones, los padres suelen asustarse cuando ven que su bebé va a llorar, pero pareciera estar sin respiración o como si el llanto no pudiese salir fuera. Sobre todo los padres primerizos empiezan a sentir ansiedad o angustia por el estado de su hijo/a.
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Se trata de episodios que se dan en el 5% de la población entre los 6 meses y 6 años y que tienen por nombre apnea emotiva o espasmos del sollozo. Se desencadenan ante el dolor, sorpresa, susto o emoción importante, haciendo que el niño deje de respirar bruscamente. Se produce una baja de oxígeno a nivel cerebral y una apnea (espasmo que detiene la respiración).
Se ha visto relación con los hijos de padres que han tenido apnea emotiva o espasmos del sollozo de pequeños. También se asocia a un reflejo respiratorio infantil prematuro y a la anemia por falta de fierro.
A pesar de ser episodios muy alarmantes para los padres, su naturaleza es totalmente benigna y no ofrece riesgo para la salud.
¿Qué debo hacer en ese minuto?
Cuando los padres están frente a esta situación pueden hacer lo siguiente:
- Lo principal es mantener la calma.
- Poner al bebé de lado.
- No hay que mover, gritar, ni mojar al bebé. Esto no conseguirá que el espasmo ceda más rápidamente.
- Tampoco es necesario realizar maniobras de reanimación.
- Puede ser difícil para los padres estar tranquilos hasta que el niño/a se recupere, pero hay que intentar convencerse de que se recuperan solos, sin ninguna consecuencia.
¿Debo consultar al médico?
Siempre conviene hacer una evaluación inicial y correcto diagnóstico si los padres ven que su bebé vive espasmos del sollozo.
Por: Dra. Romané Minieri. Instagram: @dra.dato
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