6 claves para poner límites y normas con respeto y amor
Los límites y normas son totalmente compatibles con la amabilidad, el respeto, el afecto, etc. Todo ello depende del lenguaje que se utiliza para hacer llegar el mensaje.
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Los límites son fundamentales para la vida. Los niños los necesitan para sentir seguridad y confianza en sí mismos. Son imprescindibles para llevar a cabo una crianza respetuosa, e importantes para vivir en armonía y para un buen ambiente familiar. Por su parte, las normas son más flexibles y pueden dar pie a la negociación. Regulan la convivencia. Hoy en día, para algunas madres y padres resulta difícil poner límites y normas debido al trauma que sufrieron en su infancia, ya que las huellas de una educación autoritaria hacen de esta una tarea difícil. Sin embargo, la falta de límites y normas genera en los niños confusión, descontrol emocional, inseguridad, vulnerabilidad, etc. Encontramos límites y normas en todos lados y en cualquier ámbito social. En nuestro día a día están por todos lados, desde las señales de tráfico que nos limitan, hasta el cartel del supermercado que exige ponerse guantes para coger la fruta. Poner normas y límites es algo muy personal. En cada casa las necesidades y los valores son totalmente diferentes, pero existen algunas pautas que pueden servir para poner los límites y las normas de una forma respetuosa y afectiva: El mensaje llega mejor cuando se da con amor y con respeto. Mantente firme ante los límites que para ti son importantes, y no los pongas en exceso. Céntrate en lo esencial. Una vez puesto el límite, no cedas. De lo contrario podrás confundir al niño. Utiliza mensajes claros, que no den pie a malas interpretaciones. Si le dices que no se cruza cuando el semáforo está en rojo y luego te ve hacerlo a ti, no estás siendo coherente. Hay que ser consecuente con lo que se le pide y actuar en sintonía con los mensajes que les hacemos llegar. En lugar de decir: “Deja de pegar, eres un peleador”; puedes utilizar: “Me has pegado, me has hecho daño y no me ha gustado. Por favor no lo hagas más. ¿Tú te encuentras bien, necesitas algo? Estoy aquí acompañándote, ¿necesitas un abrazo?”. En cada casa la importancia de los límites es diferente. Si para ti es importante que no se salte en el sofá porque te da terror que se caiga, es un límite en el que debes mantenerte firme y repetirlo constantemente; siempre con un buen tono de voz y con respeto. Sé muy específica con la orden que das. Es importante definir dónde y cuándo se debe de llevar a cabo. Los límites han de ponerse con un objetivo definido. Ten en cuenta su importancia para instaurarlos. Adapta el lenguaje a la edad del niño. Que entienda el mensaje, sin gritos, y de una forma calmada y pausada. Cuando es el estrés el que habla, se dicen frases que los niños no entienden y les llegan mensajes diferentes a los que queremos dar. Darles a los niños la opción de intervenir en la creación de los límites que se establecen en casa hace que se sientan útiles y que son fundamentales en el núcleo familiar. Busca un punto de equilibrio entre autoridad y permisividad. Utiliza la empatía y la comprensión. Mantente firme, pero siempre desde la educación y el respeto. En vez de decirle: “Para de saltar en el sofá”; puedes decirle: “Tienes ganas de saltar, ¿qué te parece si en vez de saltar en el sofá, saltamos en la alfombra y hacemos volteretas? El sofá está alto y te puedes caer, me da miedo”. Busca soluciones en vez de castigos. Por: Carmen Prieto Ribó, neuroeducadora y especialista en comportamiento infantil y juego. Cofundadora de Ubuntu Crianza, Asociación Española de Crianza Respetuosa y Consciente. Instagram: @carmenprieto_crianza [irp posts=»1924″ name=»Autoritario o permisivo: ¿cuál es tu estilo de crianza?»]
Los límites son líneas rojas que nunca se pueden romper ya que ponen en peligro la seguridad del niño y sus relaciones sociales. Marca bien estos límites infranqueables con respeto y con un lenguaje afectivo y positivo. Algunos ejemplos de límites son no quitarse el cinturón de seguridad del auto o de la silla de auto, o cruzar la calle siempre acompañado de un adulto.
¿Tarea difícil?
1-Establece los límites de forma clara y coherente
2-Deja de lado los juicios y las etiquetas; utiliza palabras de aliento
3-Ten claro qué normas y límites quieres establecer
4-Utiliza un lenguaje fácil y cercano
5-Déjale participar en su creación de límites
6-Da las ordenes con afecto y educación
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