Crianza respetuosa: ¡No confundir con permisividad!
La crianza respetuosa es un estilo de vida que se basa en acompañar a la infancia desde el amor incondicional y el respeto, sin gritos y sin castigos. Educando desde la igualdad, la tolerancia, el respeto, la empatía, etc. estamos sembrando semillas que florecerán en el futuro. Hacemos que los niños pertenezcan a esta sociedad, que se les tome en cuenta, que se les trate como lo que son: personas.
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Llevando a cabo esta forma de educar se consigue vivir en un núcleo familiar en el que no existen jerarquías: la familia es un equipo. Se consigue que exista comunicación y conexión en el hogar, vivir en calma, en armonía y en paz. Disfrutar de la infancia de tus hijos de una forma presente y consciente. Cualquier momento es bueno para comenzar con este estilo de vida. Lo idóneo es empezar desde el nacimiento del bebé, respetando sus procesos de desarrollo y acompañándole en su momento de transformación hacia la autonomía. Trabajar la paciencia como padres es fundamental para la crianza respetuosa. Si tú no estás bien, no podrás estar bien con los demás. Si tienes un mal día, seguramente llegarás a casa y transmitirás tu estrés a tu familia. Antes de entrar en casa detente, respira, escúchate; cada persona es diferente y cada una necesita algo diferente para bajar el nivel de estrés. Puede que te funcione tomar un café con una amiga, darte un baño de espuma, comer chocolate, ir de compras, etc. Dedica tiempo a ti misma/o en el día de forma exclusiva. Es muy importante para cuidarnos, para ser la persona que eres, no madre ni padre, sino tú. Es difícil buscar un momento de tranquilidad, pero es necesario. Cuídate para poder cuidar. Para empezar el camino hacia una crianza respetuosa exitosa hay que conocerse a uno mismo y saber dónde están nuestros límites para, de esta manera, trabajar la paciencia, saber en qué momento debo parar o delegar en otra persona, saber cuándo eres capaz de enfrentarte a una situación de conflicto, etc. En la crianza respetuosa NO existe la permisividad, sino el respeto, la dignidad y la comprensión sin juicio y sobre todo el amor incondicional. Se insiste mucho en poner límites y normas. Los límites desde el respeto son necesarios. La crianza respetuosa es el equilibrio entre la autoridad y la permisividad. Cuando le dices a todo que sí a tu hijo conseguirás que se frustre con facilidad, no valorará nada, siempre querrá más, buscará atención de los otros constantemente y no será feliz. A veces se puede confundir crianza respetuosa con permisividad, con el “todo vale”, con evitar cualquier momento desagradable. Pero eso está lejos de la realidad. Los límites son necesarios: preparan a los niños para la vida, los protegen y les dan seguridad. El mundo que les rodea está lleno de límites. Solo procura dar órdenes de una forma calmada, con amor y cariño, sin gritos, ni autoridad, sin caer en la permisividad. Céntrate en los límites importantes; si les pones muchos límites no van a saber a qué hacer caso. Anticípate y explícales el motivo de estos. No se debe confundir ser permisivo con dar afecto. La frustración es una emoción que aparece cuando nos damos cuenta de que no podemos conseguir algo que es importante por nosotros. Para trabajar la frustración se deben ofrecer herramientas al niño, acompañándole emocionalmente, validando su emoción, sin juicios, dejando libertad para que desarrolle su capacidad de resolución de problemas. No debemos dejarle llorar solo para que se siga frustrando sin saber el motivo de su malestar. Siempre debemos mantenernos cerca por si nos necesita. No para que le hagamos nosotros las cosas, sino para guiarle con libertad, para conseguir que sea autónomo y resolutivo. Los niños aprenden por imitación. Siendo su modelo puedes transmitir al niño cómo afrontar problemas y dificultades cotidianas. Hazle ver que los errores pueden ser aprendizajes. Lo más bello de la crianza respetuosa es hacerlo sin buscar resultados. Hacerlo por el verdadero amor y respeto que se siente por la infancia. También es una bonita forma de cambiar el mundo, ya que los niños son el futuro y debemos educarlos en la igualdad y la tolerancia, enseñándoles a respetar. Mira hacia atrás, hacia tu infancia, y pregúntate: ¿qué tipo de adulto necesitabas ser? Seguramente el mismo que necesitan tus hijos. Por: Carmen Prieto Ribó. Neuroeducadora y autora del libro «No me grites, abrázame» (Editorial Saralejandría). Especialista en comportamiento infantil y juego en la Primera Infancia. Cofundadora de Ubuntu, Asociación Española de Crianza Respetuosa y Consciente. Instagram: @carmenprieto_crianza [irp posts=»15590″ name=»Enojo en niños: ¿cómo abordar esta emoción desde el respeto?»]
La crianza respetuosa busca que los niños se sientan valorados y escuchados, que sean personas con confianza en sí mismas, que se sientan útiles, que sepan actuar ante las injusticias desde el respeto, personas que sepan autorregular sus emociones, que defienden sus ideas y que tengan libertad de pensamiento, etc.
Paciencia
Autocuidado
Autoconocimiento
Permisividad
Frustración
Verdadero amor