¿Eres agradecido? Agradecer favorece la salud mental

Precisamente, los especialistas a nivel mundial recomiendan hacer del acto de agradecer una práctica cotidiana y constante en el tiempo, de manera de garantizar los beneficios físicos, neurológicos y psicológicos detrás del rito de decir «Gracias».

Al respecto conversamos con Marcela Díaz, neuropsicóloga de Centro Médico Cetep Las Condes, quien nos explica cómo la gratitud estimula nuestro cerebro.

La ciencia de agradecer

“Cuando experimentamos la gratitud, en nuestro cuerpo ocurre un fenómeno biológico generador de felicidad. Nuestro cerebro libera dopamina y serotonina, que son dos neurotransmisores que nos hacen sentir bien. Este proceso biológico mejora nuestro estado de ánimo de inmediato, entregándonos felicidad”, explica la profesional de Centro Médico Cetep.

Pero los efectos de practicar la gratitud no son inmediatos. La clave está en transformarlo en un hábito mental, que al realizarse diariamente fortalezca estas vías neuronales (dopamina y serotonina) y generen una naturaleza positiva y agradecida de manera permanente.

Dar o recibir agradecimientos pueden ser actos muy sencillos, pero su impacto es de tal magnitud que afecta el funcionamiento de nuestro cerebro y sistema nervioso, influyendo significativamente en funciones corporales y condiciones psicológicas como el estrés y la ansiedad.

“En términos simples, cuando damos y recibimos palabras de gratitud, nuestro cerebro enfoca su atención en lo que tenemos, produciendo una fuerte conciencia del presente. Y a su vez, a nivel neuroquímico, neurotransmisores como la serotonina y la dopamina nos ayudan a controlar nuestras emociones, ansiedad y respuestas inmediatas al estrés”, indica.

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Momento de agradecer

La especialista sugiere enfrentarse al fin de año como un momento idóneo para incorporar la gratitud como un hábito. “Podemos comenzar agradeciendo por los aprendizajes obtenidos durante el año e identificar a personas concretas a quienes verbalizar nuestro agradecimiento por aquello que han hecho por nosotros. De este modo, aprendemos a concentrarnos en los pensamientos positivos y cambiamos nuestra manera de percibir el mundo”.

Lo importante, subraya la profesional, es que tras este agradecimiento de cierre de año nos invitemos a reservar espacios diarios de gratitud, como parte de una rutina que nos permita abrazar un mejor bienestar y salud mental.

5 consejos para empezar a dar gracias

1. Apreciarte a ti mismo: Mírate al espejo y di en voz alta cinco cosas buenas de ti mismo. Repite con frecuencia.
2. Diario de gratitud: Escribe en una libreta aquellas razones por las que quieres agradecer. Expresa esa gratitud tanto por grandes como pequeñas cosas. Hazlo diariamente.
3. Visitas de gratitud: Visita a quienes te dieron su apoyo durante algún momento de tu vida; visítalo una o dos veces al mes e intercambia recuerdos y tu gratitud.
4. Acepta tu felicidad: Cuando logras un éxito por pequeño que sea, reconoce esa alegría y disfrútala. Aprende a apreciar tu esfuerzo y logros personales.
5. Un amigo de gratitud: Escoge a un compañero con quien dedicar unos minutos todos los días para compartir aquello por lo que están agradecidos durante el día.

Efectos de la gratitud

• Reduce el dolor: La gratitud regula el nivel de dopamina llenándonos de más vitalidad y reduciendo los sentimientos subjetivos de dolor.
• Mejora la calidad del sueño: El hipotálamo, área del cerebro encargada del sueño, se activa ante los actos simples de amabilidad; con lo que mientras más habitual es la gratitud, mejor es la calidad del dormir.
• Regula el estrés: Quienes experimentan gratitud reducen su nivel de cortisol (hormona del estrés).

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