Crecer en contacto con el campo, con cerdos, aves y ganado, fue la chispa que llevó al joven Ignacio Idalsoaga a estudiar medicina veterinaria. No podía ser de otra forma. Sus vivencias de niño hicieron que se enamorara de la vida silvestre pavimentando un camino que lo llevaría —años después— a transformarse en un apasionado rescatista animal y en el fundador de uno de los zoológicos más destacados de Chile: el Buin Zoo.

Los orígenes de este lugar —que hoy es visitado por cientos de familias— se remonta al llamado Parque de Asís, nombre que evoca a San Francisco, el santo protector de los animales. Su historia está marcada por los detalles: cuando Ignacio llegó a Buin era el único veterinario en kilómetros a la redonda, en medio de un paisaje muy rural. Por ello, cuando los lugareños encontraban algún animal herido o en problemas lo primero que pensaban era llevarlo donde el “médico de los animales”, quien ponía todo su esfuerzo para curarlos pero muchas veces no lograban recuperarse como para volver al medio natural. Fue así como nació

el primer centro de rescate y acogida de animales chilenos dañados del país. “Llegaban mamíferos sin una extremidad, aves con alas fracturadas, cazadores sin un ojo, etc. Estos animales quedaban bajo mi custodia, teniendo que asumir los costos de su mantención (comida, controles médicos). Fue así como surgió la idea de crear el cementerio de mascotas Parque de Asís, el primero de su tipo en Chile. Con los fondos que generaba este lugar paliábamos un poco los costos de cuidar a los animales”, recuerda Ignacio.

Sonríe Mamá & Familia conversó con el médico veterinario para descubrir algunos secretos de Buin Zoo, destacando los beneficios que los niños se acerquen a la vida animal.

¿Qué es lo más importante para crear un zoológico de excelencia?

Una de las cosas que nos ha llevado a crecer tanto es precisamente que yo, como director, no vengo del mundo de los negocios, sino del mundo de los animales. Soy un médico veterinario al que no le vienen con cuentos cuando se trata del bienestar animal, que sabe lo que come cada uno, que entiende y es capaz de ver cuando un animal no está bien, y que pasa más en terreno que en la oficina. He podido apoyarme en muchos profesionales que son capaces de llevar adelante de buena forma las labores para las cuales yo no estoy capacitado. Pero como director siempre les he dejado claro a los trabajadores de Buin Zoo que nuestro parque tiene valores que no se transan por nada: bienestar animal, educación, entretención, innovación, seguridad y responsabilidad social.

El desarrollar estos valores de forma paralela y aplicarlos transversalmente a todas nuestras decisiones creo que ha sido algo que nos ha transformado precisamente en un zoológico de excelencia. Y en el primero, además, acreditado en Sudamérica bajo los estrictos estándares de ALPZA (Asociación Latinoamericana de Parques Zoológicos y Acuarios). En coherencia con esto hemos recibido la certificación desde EE.UU. como el primer zoológico B del mundo. Las empresas B son una nueva forma de hacer empresa donde los valores de sustentabilidad de los procesos (amigables con el medio ambiente ) y la responsabilidad social —entendida como calidad de vida de sus trabajadores y de sus comunidades aledañas— están por sobre la rentabilidad de la empresa.

¿Y cuáles son las características destacadas de Buin Zoo?

Hoy, a 24 años de habernos transformado formalmente en un zoológico creemos ser un parque modelo en muchos sentidos. Contamos con el más destacado programa de conservación en vida silvestre del zorro de Darwin, una especie que solo habita en Chile y que está en peligro de extinción, lo que habla de nuestro compromiso con la conservación. Y no solo con los animales que tenemos dentro del parque, ya que tenemos la Fundación BuinZoo que vela por nuestros proyectos de investigación y conservación.

También somos un parque inclusivo, contando con una sala educativa integradora que permite que niños ciegos puedan conocer a través del tacto y el lenguaje Braille varias especies. Esto lo hacemos con animales que producto de la edad llegan al fin de su ciclo de vida. A través de un proceso de taxidermia quedan para siempre en esta sala y permiten, por ejemplo, a un niño ciego tocar un jaguar y conocer su tamaño real, la textura de su pelaje, de sus dientes, de su lengua, etc. Además, el terreno plano y el tipo de construcciones que hacemos nos ha transformado en un parque 100% habilitado para recorrerse en silla de ruedas (personas con algún tipo de discapacidad o dificultad de movimiento).

En Buin Zoo encuentras especies únicas en Chile y muy difíciles de encontrar en Sudamérica, como rinoceronte, orangután, leopardo de las nieves, hipopótamo pigmeo y tití cabeciblanco. Todos ellos en serio peligro de extinción, pero entregados a nuestro parque para programas internacionales de reproducción y cría de animales para evitar su desaparición.

¿Cuáles son los animales favoritos de los niños en Buin Zoo?

Es curioso, pero pese a que contamos con leones, jirafas, rinocerontes, tigres, jaguares, hipopótamos y muchísimas especies exóticas, uno de los recintos con mejor evaluación es nuestro Baby Zoo, la zona de contacto de los más pequeños con animales de granja. La experiencia de estar junto a los animales es disfrutada de forma especial, y el que los padres participen de ello, también es un aporte que las familias valoran mucho. Es por eso que cada vez incorporamos más recintos de “inmersión“ donde los visitantes pueden tener contacto directo con animales exóticos. Por ejemplo, el domo de loris y el safari walaby en Australia, el domo de mariposas de la selva tropical y el aviario chileno.

¿Qué curiosidades destacaría de los habitantes del zoológico?

Cuando se cuenta con 2.000 animales las curiosidades son prácticamente infinitas. Pero me quedo con dos de mis animales favoritos: Sandai, el primer orangután que hay en Chile, llegó desde Francia y tuvimos incluso que aprender francés para nuestros primeros acercamientos a él. Es un ejemplar al que le gusta pintar, ver TV y que es realmente maravilloso.

Por otro lado está Pantaleón, la primera cría de rinoceronte que tuvimos. Nació pesando menos de 100 kilos y habiendo cumplido hace poco su primer año de vida ya va en los 600 kg. Pese a esto es completamente juguetón: le encanta salir a correr por su recinto en las mañanas y se genera una dinámica muy entretenida en la familia, con la madre corriendo tras él para cuidarlo, y el padre que no entiende mucho este juego y trata de sumarse. Pero la hembra lo mantiene alejado para evitar que pueda hacerle algún daño a la cría. «Zoorprende» mucho ver a animales de tamaña contextura comportarse de forma muy similar a como lo hacen los perros, por ejemplo.

Aprender de los animales

¿Por qué es importante que los niños se relacionen desde pequeños con el mundo animal?

Porque la experiencia vivencial es la única forma de poder amar y cuidar la naturaleza. Hay una frase muy cierta que dice que uno no puede amar lo que no conoce, por lo que es muy difícil que un niño que nunca tuvo contacto con los animales pueda interesarse en protegerlos y entender su aporte al ecosistema.

¿Qué características positivas se desarrollan al tener contacto con animales?

Creo que esto parte por tener una mascota en casa. Un perro, un gato, un cuy, un conejo, lo que sea. Esto genera lazos importantes de los niños con el mundo animal, un importante puente de comunicación. Además, genera responsabilidad sobre su tenencia: limpiarlos, alimentarlos y peinarlos, entre otras cosas. Se forma un importante compromiso con su bienestar y con la protección del mundo animal, en general.

¿Cómo ve a los niños de hoy frente a temas medioambientales o de naturaleza?

Con un avance increíble. Creo que se está sembrando una importante semilla en el corazón de la mayoría de los niños que nos permite mirar con confianza el futuro. Hoy ellos hablan de reciclaje, sustentabilidad, calentamiento global, términos que para generaciones anteriores no eran tema. Lo lamentable es que hemos llegado a este grado de compromiso debido a que la destrucción del planeta es evidente y no podemos quedarnos de manos cruzadas.

A su juicio, ¿cuáles son los tipos de mascotas ideales para los niños?

Es diferente para cada realidad. Si vives en departamento es poco probable que un perro sea una alternativa, como sí podría serlo un gato o un conejo. Va a depender muchas veces más del grado de sensibilidad de los padres que de los niños. Si a los padres no les gustan los animales hay que empezar con animales pequeños para evitar transformar esta decisión en un quiebre familiar.

Los animales exóticos los descarto en principio, debido a que tienen requerimientos de clima, alimentación y otros que hacen más difícil su buena calidad de vida y bienestar.

¿Cómo pueden los padres fomentar el amor de los niños por el mundo animal?

Llevándolos al contacto directo con la naturaleza y los animales. Uno descubre las maravillas de la naturaleza in situ. También es importante ver documentales de vida silvestre y comentarlos.

¿Qué debemos aprender los humanos del mundo animal?

La incondicionalidad y el cariño desinteresado. Nuestras mascotas se entregan en un cien por ciento a nosotros, más allá de lo que reciben. En lo personal, mientras más conozco y aprendo de la naturaleza, más me asombra su perfección. Nada está hecho al azar y todo tiene su motivo. Esto habla de la tierna mano del Creador que nos ha entregado a los animales y a la naturaleza como un regalo gratuito, que hace de nuestras vidas algo más pleno. Este regalo debiera generar un gran respeto hacia él y un gran compromiso de preservarlo para las próximas generaciones. Porque todos formamos parte de esta “Casa Común”.

¿Cómo se imagina Buin Zoo en el futuro?

Como el principal zoológico de Latinoamérica, tanto en experiencia, como en cantidad de animales y conservación de especies. Líder en todos esos aspectos y transformado en el «Bioparque Buin Zoo», que una conceptos de botánica, zoología y museología.