La tecnología disponible hoy a través de un celular nos permite acceder a un mundo de información como nunca antes lo tuvimos. Muchas actividades de la vida diaria —desde comprar online hasta programar las cerraduras de la puerta de acceso de tu casa— pueden hacerse con un clic. Ese poder al alcance de la mano es adictivo. Y como toda adicción, es peligrosa, especialmente cuando se trata de niños conectados a pantallas sin mayor supervisión.
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