Algunos padres suelen sentir preocupación cuando ven que su hija o hijo es demasiado autoexigente consigo mismo en todos los ámbitos que lo rodean.
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La autoexigencia es la exigencia que cada persona se hace a sí misma en distintas áreas de la vida. Se caracteriza por la alta necesidad de alcanzar la perfección en la tarea que se empeña. Ser autoexigente es una característica como todas, es decir, es neutra y su evaluación como deseable o problemática dependerá de varios aspectos.
Toma nota
Cada niño es distinto y lo más importante siempre será observar a los hijos y conocerlos en su individualidad para que puedan saber cuáles son sus motivaciones para hacer lo que hace.
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Pese a ello, algunas de las cosas que pueden observarse en un niño o niña autoexigente son las siguientes:
- Disfruta de hacer las cosas bien y quiere mostrarlo o contarlo a otros.
- Si termina algo y no le gusta del todo, es el primero en criticarlo.
- Es estricto al momento de realizar una tarea: si le piden dibujar un animal preferirá mirarlo en un dibujo en vez de recordarlo, porque al recordarlo no quedará igual. Si pinta y se sale de la línea quiere empezar otra vez.
- Hay tareas que prefiere no hacer porque anticipa que no podrá hacerlo bien.
- Se exige metas que a veces están por sobre su capacidad física o etapa vital, sintiendo gran frustración si no lo logra.
- Mientras mayor sea la autoexigencia, más difícil es quedar satisfecho con los resultados. Es así que podemos encontrar en la juventud un universitario autoexigente que se ha sacado un 7.0, pero se inseguriza porque siente que aprendió solo para la prueba y duda de los conocimientos retenidos.
- Si un hijo autoexigente tiene además baja tolerancia a la frustración, cada vez que no alcance lo esperado, y dependiendo de la edad, podrá llorar, gritar, bloquearse (lo mal llamado taimarse), tener pensamientos negativos y distorsionados sobre sí mismo como “no sirvo para nada”, «todo me sale mal», «soy tonto», etc., en caso de que se sienta responsable del error. Si responsabiliza al entorno, sentirá enojo contra quienes le impiden alcanzar su meta y podría aislarse, prefiriendo actividades con adultos o en solitario.
- Si un hijo autoexigente tiene buena tolerancia a la frustración entonces se le podrá ver perseverando en una tarea, aunque esté fuera de plazo. Por ejemplo, estudiando después de la prueba para entender lo que no logró entender antes. Intentará al máximo evitar errores y, si los comete, le dolerá y hará todo lo que pueda para anticiparse la siguiente vez y no cometer las mismas equivocaciones.
- Si los niños son autoexigentes como hijos o hijas, en general, ayudarán en lo que se les pida, se mostrarán complacientes y podrán ser hijos modelos. Al ser los padres los que definen a un buen hijo, sabrá tempranamente lo que se quiere de él y se adecuará. Esto requiere de atención, porque puede generar dificultades en la definición de la identidad al no saber quién soy en cuanto solo soy lo que desean mis padres.
Consulta a un especialista
Si la autoexigencia de tu hijo ha llegado a afectar de modo general su autoestima, es decir, no logra disfrutar ni valorar nada por estar preocupado y ansioso, además de castigarse fuertemente cuando se equivoca, es recomendable que busques la ayuda de un especialista que pueda determinar el tipo de apoyo que requiere.
Por: Giannina Orden Vargas. Psicóloga Educacional y Clínica Infantojuvenil. Diplomada en Parentalidad, Apego y Desarrollo de la Infancia. Diplomada en Trauma Complejo y Desorganización en la Infancia. Terapeuta DBT. Terapeuta EMDR. @centro_vitaliza
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