Cómo vivir la Navidad con los niños
La Navidad es, sin duda, uno de los eventos más importantes para los más pequeños e incluso para la familia en general. Esta fiesta es un período lleno de significados, de mucha actividad, de cambios en las rutinas generales del año y, en ocasiones, es una época de estrés. Es de suma importancia que a los niños se les explique por qué nos preparamos tanto para ese día, qué se celebra y cuál es el sentido. Así comprenderán el real significado espiritual y que “el viejito pascuero” es solo un símbolo que representa el regalo que se hace a alguien para su cumpleaños, y como celebramos el nacimiento del niño Jesús nos entregamos regalos (cumpleaños de Jesús). Esto hace que los niños consideren con mayor fuerza el sentido de la unión familiar y no los regalos, y no se hagan expectativas muy altas respecto a la cantidad y calidad. Esta idea debemos reforzarla con mayor fuerza si consideramos que estamos insertos en un ambiente consumista, donde a dos meses de la Navidad los niños reciben diferentes tipos de estímulos comerciales, ya sea en la televisión, avisos publicitarios en la calle, supermercados, grupo de amigos, etc. Aquí es fundamental la intervención de los padres, poniendo límites tanto al consumismo como a la idea equivocada de que la Navidad es la llegada del viejito pascuero que trae regalos. Paralelamente, esta fecha es especial para fomentar la solidaridad y la caridad con los más necesitados. Por eso, una buena forma de incentivar a la familia, principalmente a los jóvenes, es buscar actividades en beneficio de los demás, por ejemplo, visitar hogares de menores, hogares de ancianos, fundaciones de beneficencia, elegir una carta de Correos de Chile para cumplir el sueño de un niño, etc. La idea es dar un sentido especial a esta celebración. [irp posts=»846″ name=»Manipular a los hijos con regalos de Navidad… ¡no funciona!»] Al pensar en integrar a toda la familia a la celebración no podemos dejar de considerar a los adolescentes y sus características. Ellos tienen las ganas y el ánimo de participar y vivir la Navidad, sin embargo, cuando se les imponen muchas reglas y normas sin considerar sus ideas se puede transformar en una celebración conflictiva y desagradable, tanto para ellos como para el grupo familiar. Si un joven se siente partícipe del festejo, lo pasará bien porque se sentirá importante, reconocido y valorado. Para los padres sería ideal que los hijos adolescentes continuarán viviendo la Navidad con la misma magia e ilusión que cuando pequeños, pero para que esto ocurra debemos respetar su etapa de desarrollo y la manera en que ellos han escogido celebrarla. Para que participen activamente sería positivo incorporarlos en la planificación, a fin de que sientan que su opinión es importante y válida, y para que sientan que el momento también les pertenece. Algunos creen que es agradable cooperar con los padres a la hora de preparar la fiesta de los hermanos menores, los hace sentir grandes y cercanos a los padres, además de importantes para los hermanos. Considerando que fomentamos el compartir y acompañar a los demás debemos ser flexibles en cuanto a los horarios y actividades, es decir, podemos abrir la fiesta familiar a los amigos y pololos(as) y permitir que salgan de visita o a alguna actividad de beneficencia después de la celebración familiar. Por: Paula Ramírez, sicóloga. [irp posts=»926″ name=»Cómo vivir una Navidad más “verde”»]
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Para comenzar con el ambiente navideño se puede hacer participar a los niños en los preparativos, es decir, permitir que nos ayuden a armar y decorar el árbol de pascua, el nacimiento, la casa, etc. Pero siempre dándoles una explicación sobre cuál es el significado de cada símbolo.
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