Un día es el polerón de deportes, otro es la lonchera, otro es el estuche… Pareciera que todos los días tu hijo hace gala de perder cosas y llega desde el colegio a la casa con algo menos.

Este tipo de conducta no solo es frustrante, ¡sino cara también! No hay bolsillo que resista la reposición de mil cosas, grandes y pequeñas, durante el año escolar. Pero, ¿qué hacer? ¿Deberías castigarlo? ¿Deberías rehusarte a reponerle lo perdido?

Leer artículo completo