Padres: 5 consejos para escuchar de buena forma a los hijos
Una parte esencial del intercambio de comunicación entre padres e hijos es recibir mensajes de estos últimos. Pueden ser mensajes verbales (preguntas, solicitudes) o no verbales (acciones o falta de acciones).
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La escucha activa es el componente central de la comunicación con hijos entre 5 y 12 años. Cuando se convierte en un oyente activo, el padre o la madre le comunica a su hijo que los canales de comunicación están abiertos. Reconocen en él una necesidad o deseo de compartir sus sentimientos y pensamientos, y muestran que ellos están receptivos. Hay varias destrezas y técnicas involucradas con el oyente activo (en este caso los padres) que reducirán la probabilidad de que tienda a juzgar o criticar o a dar un sermón o restarle importancia a lo que escucha. Estas destrezas ayudarán a los padres a ponerse en contacto con lo que realmente siente y piensa su hijo, analizando y poniendo en perspectiva, de manera que los problemas no se vean más grandes de lo que realmente son. Además, se creará un vínculo entre ambas partes permitiendo que el adulto se vuelva más receptivo a lo que está en la mente del niño. A continuación, se muestran 5 consejos para convertirse en un oyente activo: Bloquea lo más que puedas las distracciones. Con el fin de escuchar y comprender lo que tu hijo tiene que decir, tienes que querer hacerlo y querer ayudar a tu hijo con cualquier inquietud que tenga en ese momento. Algunos padres e hijos encuentran que pueden comunicarse mejor antes de la hora de dormir o cuando comparten una merienda en la tarde. Pon a un lado tus propios pensamientos y puntos de vista y ponte en un estado mental para recibir información de tu hijo o hija. Dale toda tu atención e intenta ponerte en su lugar de manera que puedas comprender mejor lo que está experimentando. Hazlo sentir que valoras sus pensamientos y los consideras importantes, y que te interesa su punto de vista. Esto se conoce como escucha reflexiva. Cuando sea apropiado, dile tranquilamente lo que piensas que él intenta decirle. No solamente debes repetir lo que escuchaste; reflexiona más profundamente sobre lo que tu hijo puede estar pensando y sintiendo. Recuerda, las palabras dichas pueden no ser la verdad ni transmitir el mensaje completo. Los mensajes fundamentales pueden incluir sentimientos, miedos e inquietudes de los niños. Asigna un nombre o etiqueta estos sentimientos («Me parece que estás asustado… triste…enojado…feliz»). Muestra interés asintiendo con tu cabeza e interrumpiendo ocasionalmente con respuestas que «abran puertas» o ambiguas como «Sí…ya veo», «Oh, qué te parece si…». Motiva a tu hijo a mantener la conversación. Aunque puedan parecer respuestas pasivas, son una parte importante de la comunicación. Acepta y respeta lo que tu hijo expresa, incluso si no coincide con tus propias ideas y expectativas. Esto lo puedes lograr al prestar atención a lo que tu hijo comunica, sin criticar, juzgar ni interrumpir. Crea oportunidades para que tu hijo resuelva los problemas a los que se enfrenta. Motívalo y guíalo. Pídele que te dé ideas, las que eventualmente podrían ser sugerencias para las soluciones a los problemas. Los padres pueden detectar qué tan activamente están escuchando a sus hijos a través de estas señales: Fuente: Healthy Children (Academia Americana de Pediatría). [irp posts=»12496″ name=»¿Cómo conversar con los hijos sobre temas complejos?»]
Escuchar es una destreza que se aprende y con esfuerzo puede mejorar en este sentido. Durante este proceso les estará dando un buen ejemplo a sus hijos y ellos también serán buenos oyentes.
Escucha activa
1-Dedica tiempo a escuchar
2-Escucha, resume y repite de nuevo a tu hijo el mensaje que escuchas
3-Mantén contacto visual mientras tu hijo habla
4-Practica la aceptación y respeto
5-Motiva a tu hijo
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