Rabietas en niños: cómo actuar de manera efectiva
Las rabietas son como pequeñas tormentas emocionales que a veces tienen los niños, especialmente cuando son pequeñitos. Imagínate tener muchas ideas y sentimientos, pero no poder expresarlos claramente con palabras. Eso es lo que les pasa a los niños. Es muy importante saber que las rabietas son totalmente normales y una parte natural del crecimiento. A medida que los niños crecen aprenden a manejar mejor sus emociones y a expresar lo que sienten de forma más tranquila. Las rabietas son una forma de decirnos: “Necesito un poco de ayuda». Son una oportunidad para enseñar a los pequeños cómo lidiar con esos grandes sentimientos y a encontrar formas más calmadas de expresarse. Así que si tu hijo tiene una rabieta, no te preocupes demasiado. No significa que estés haciendo algo mal como padre o madre. Es solo una parte de cómo los niños aprenden y crecen. Con amor, paciencia y comprensión puedes ayudarlos a superar estos momentos y a aprender de ellos. Las rabietas pueden ser provocadas por varias razones. A menudo se deben a cosas sencillas como estar cansado o tener hambre. Otra causa común de las rabietas es la frustración. Los niños están constantemente aprendiendo cosas nuevas y, a veces, no pueden hacer algo por sí mismos o no entienden por qué no pueden obtener lo que quieren en ese momento. Esto puede resultar realmente frustrante para ellos y, como aún están desarrollando sus habilidades para hablar y expresarse, la rabieta se convierte en su forma de comunicar esa frustración. En la neuropsicología, las rabietas infantiles son como un espejo del desarrollo cerebral de los niños. Cuando un niño tiene una rabieta, en realidad está sucediendo algo interesante en su cerebro: está aprendiendo a controlar sus emociones e impulsos. La parte del cerebro llamada corteza prefrontal es como el director de orquesta de nuestras emociones y decisiones. En los niños, esta parte aún está en desarrollo, por lo que a veces les resulta difícil mantener la calma o expresar lo que sienten de forma clara. Durante una rabieta, es como si esa parte del cerebro se tomara un descanso y las emociones asumen el control. Con el tiempo y con la ayuda de los cuidadores, los niños aprenden a usar mejor esa parte de su cerebro, lo que les permite manejar sus emociones de manera más efectiva. Es posible reducir la posibilidad de que tu pequeño tenga una rabieta. Aquí tienes algunas estrategias: Lidiar con las rabietas de los niños puede ser un desafío, pero hay pasos claros que puedes seguir para manejarlas de manera efectiva: Recuerda que cada niño es único y lo que funciona con uno puede no ser efectivo con otro. La paciencia y la consistencia son claves para encontrar las mejores maneras de apoyar a tu hijo durante las rabietas. Después de que el momento tenso ha pasado es positivo hablar con el niño sobre lo sucedido. Este puede ser un momento de aprendizaje tanto para ti como para él. Puedes empezar diciendo algo como: «Creo que estabas muy enojado antes, ¿quieres hablar de lo que te molestaba?». Esto les ayuda a reflexionar sobre sus sentimientos y aprender a expresarlos de manera más clara en el futuro. Evitar castigos y enfocarse en el aprendizaje es importante. En lugar de castigarlos por tener una rabieta es mejor hablar sobre cómo pueden manejar de manera diferente una situación similar en el futuro. Esto fomenta el aprendizaje y el crecimiento en lugar de la culpa. También puedes enseñar habilidades de regulación emocional cuando están calmados para que las puedan implementar en momentos de crisis. No intentes enseñarle algo cuando está molesto, porque no estará receptivo. Puedes compartirle herramientas para manejar mejor sus sentimientos, como respirar profundamente cuando se sientan enojados o contar hasta 10 para calmarse. Estas son habilidades que les serán útiles toda la vida. No olvides que tu ejemplo es poderoso. Los niños aprenden mucho de cómo reaccionas tú ante las situaciones difíciles. Si manejas tus emociones de manera calmada y constructiva, ellos también aprenderán a hacerlo. La coherencia es clave; trata de responder de manera similar a situaciones similares para que aprendan qué esperar. Es importante diferenciar las rabietas de otros comportamientos. Mientras que una rabieta es una reacción emocional intensa a algo específico y suele pasar una vez que el niño se calma o se resuelve el problema, otros comportamientos, como la agresión constante o la desobediencia, pueden ser señales de otros problemas y podrían necesitar un enfoque diferente. Por: Bettina Capucho. Psicóloga Clínica Infantil. PhD & MBA. Autora de libros, docente universitaria y conferencista. @TerapiaConBetty. E-mail: [email protected]
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Las rabietas pueden incluir llanto, gritos o incluso tirarse al suelo. Suelen ocurrir porque los niños se sienten frustrados, cansados, hambrientos o simplemente abrumados por no poder hacer algo que quieren.
¿Qué las causa?
Estrategias preventivas
Manejo efectivo durante la rabieta
Después de la rabieta
Aprender a diferenciar